Las mochilas que llevábamos al colegio nos han hecho encoger.
El gran peso que día a día transportábamos, aunque fuera durante un breve lapso de tiempo, ha provocado que suframos más problemas de espalda y perdamos varios centímetros por el camino.
Así lo afirma el Dr. Harvinder Sandhu, cirujano especializado en operaciones de médula espinal en el Hospital de Nueva York, tras realizar un estudio en el que ha analizado los mayores problemas que sufren las personas que, de jóvenes, transportaban un gran peso en sus mochilas.
Según un análisis realizado en 2010, el gran peso de las mochilas comprime la médula espinal y causa severos dolores de espalda, algo que se agrava cuando se está en proceso de crecimiento. Tomando como muestra un grupo de niños de 11 años, se observó que sus mochilas llegaban a pesar más de 12 kilos.
Sandhu, no obstante, dice que el peso es cada vez mayor.
“Los niños hoy día llevan enormes mochilas de 20 o 25 kilos, lo que provoca problemas cada vez más graves”. Teniendo en cuenta que un niño de esta edad pesa unos 40 kilos, la mochila que lleva pesa casi la mitad de su peso total. Es decir, es como si un hombre de 70 kilos llevara encima a cuestas la cantidad de 4 neumáticos de automóvil durante horas.
Una de las consecuencias de llevar tanto peso en la espalda es la compresión de la columna vertebral. Al estar comprimida cinco días a la semana durante nueve meses al año, no es difícil que provoque escoliosis –es decir: una desviación lateral de la columna–. El tener la espalda torcida es lo que acaba provocando que seas unos centímetros más bajo de lo que deberías.
Además, aunque a los adultos que sufren unos 10 o 20 grados de escoliosis no se suele requerir tratamiento, en el caso de los niños es diferente. Sufrir escoliosis en la niñez provoca grandes complicaciones al estar en un proceso continuo de crecimiento. Incluso puede llegarse a la cirugía.
Incluso cuando la columna permanece recta, la compresión de la misma también acarrea, directamente, un menor crecimiento. Los discos lumbares, situados debajo de la espina dorsal, son huesos que originalmente están llenos de agua. Sin embargo, estos se secan a medida que envejecemos. Con el desgaste normal de los discos, entre los 20 y los 60 años se puede llegar a perder 4 centímetros de altura. No obstante, si le sumamos el deterioro provocado por el peso soportado por las mochilas, la velocidad de desgaste se multiplica, provocando que estos centímetros desaparezcan con mayor rapidez.
“Es como conducir un auto con una rueda desinflada”, afirma Sandhu. “Todavía puedes conducirlo, pero no funciona igual. Se acaba gastando tanto que se debe cambiar. Con los discos ocurre lo mismo, si se acelera su proceso, lo más probable es que se acabe necesitando cirugía”.
“El uso de mochilas también perjudica a los hombros, el cuello y las rodillas”
Otros doctores también han corroborado la problemática que llevar grandes cantidades de peso siendo un niño provocan. A parte de la espalda, el reumatólogo Nathan Wai explica que transportar una mochila de 20 kilos puede conducir a la incapacidad de girar los hombros y el cuello en un círculo completo. El cirujano ortopédico Robert Max, por su parte, explica que las rodillas también se ven afectadas por este hecho. E incluso podría imposibilitar la recuperación de una lesión grave.
¿La solución?
Teniendo en cuenta que los niños tienen que seguir llevando libros a clase y que las taquillas no quitan a los pequeños el tener que llevar arriba y abajo los deberes, Harvinder Sandhu lo tiene claro:
“Un remedio fácil y sencillo es utilizar mochilas de ruedas. Pienso que es una de las mejores cosas que han creado nunca. Sin embargo, para los jóvenes no es algo “entretenido”. Es una pena”.
Ya sabes. Si te negabas a llevar mochila de ruedas al considerar que era algo friki, que sepas que, posiblemente, hayas sacrificado unos centímetros de altura a cambio de ser enrollado.
Fuente: playgroundmag.net
