El cuarto capítulo de “Talentos que Dejan Huella” presenta a Dominga Bravo Vilaza, cantora chilena de 87 años de Chépica, reconocida por interpretar cantos “a lo divino y a lo humano”, una tradición que se ha ido perdiendo en el país. Acompañada por su hija, Clementina Isamit, y el entrevistador Miguel González, Dominga comparte recuerdos a pesar de vivir con demencia senil, mostrando momentos de notable lucidez.
Relata que aprendió este oficio en su infancia, guiada por sus abuelos, y que su difunto esposo, Luis Isamit Alarcón, la acompañaba con la guitarra. Durante la entrevista interpreta emotivos versos sobre la vida, el dolor y la visita del Papa Juan Pablo II a Chile, generando una reacción conmovedora en su hija.
El reportaje finaliza destacando el valor cultural de Dominga Bravo y el legado que ha dejado en su comunidad, donde su voz sigue siendo testimonio vivo de una tradición que resiste al olvido.






