Cuando aparecieron las primeras imágenes en los diarios de un festival de música sacra en Colchagua, más de uno mostró su sorpresa hacia un festival totalmente nuevo para la zona: Una inmersión a la música antigua y a la historia. Sin embargo, hoy a dos días de su último concierto, la realidad ha dado la razón a los impulsores de este festival, éste constituyó un éxito innegable. Hoy debiese ser este festival una parada obligada a quienes visita nuestro valle en semana santa; que sin duda colmó todas las expectativas de los que acudieron, hasta el punto de que aquellos que lo visitaron desean que el festival retorne lo antes posible a enriquecer la oferta cultural de nuestra zona viñatera.
Un ingrediente crucial del éxito del festival y que sin duda lo destaca frente al que podríamos considerar su mayor acierto – que tiene lugar exactamente los días de semana santa, con esto cuenta con un escenario ideal para un evento de esta naturaleza como es el tiempo de las vendimias y el colorido de nuestras vides. Lo que hace llegar a miles de turistas a nuestra provincia. Hay pocos lugares en Chile que tenga tanta raíz, hermosas iglesias y recintos para la cultura y que la voluntad permita alojar simultáneamente conciertos. Y es que en los cuatro días que duró el evento han pasado por Colchagua 5 conciertos de altísimo nivel con más de 20 artistas y una audiencia, según las estimaciones, de más de 1.000 espectadores.
Por citar sólo un ejemplo puntual del acierto del festival: En un horario muy alejado de lo habitual -viernes a las cuatro de la tarde- escuchamos el Oficio de Difuntos de Tomás Luis de Victoria, en la Parroquia de Lolol con todas las bancas de la iglesia ocupadas de oyentes, integrados por parroquianos y turistas, luego a las 20:00 en el Salón Colchagua del Hotel Santa Cruz un impresionante concierto con virtuosos violinistas, entre los que destaca Raúl Orellana. También nos sorprendió el sonido del cornetto, un instrumento del renacimiento que era usado con connotación funeraria. Dos conciertos de música antigua de gran nivel y con músicos reconocidos internacionalmente, que además entregaron sus conciertos en El Huique, Palmilla y Peralillo. Todos los conciertos fueron gratuitos, pero lo que más nos impresiona que esto se realice en Colchagua
El domingo 01 de abril en la Iglesia del Huique, el barítono Patricio Sabaté, despidió musicalmente el festival, del cual uno se marchó con pena de que haya finalizado y con la firme intención, por no decir necesidad, de que vuelva el año próximo.
Agradecemos al Ministerio de las culturas, las artes y el patrimonio, al director artístico de la Orquesta barroca Nuevo Mundo, Marcelo Vidal por esta magnífica idea.